Simplifica, simplifica, simplifica...

Manuel Sañudo

"Nuestra vida siempre es malgastada por el detalle; simplificar, simplificar, simplificar”

Henry David Thoreau

“Con un ‘simplifica’ hubiera sido suficiente”, cuentan que le dijo Emerson a Thoreau. Así, reafirmó esta  gran verdad, que fue formulada en el siglo XIX,  y que sigue vigente; con más exigencia que entonces, pues la necesidad de simplificar es mayor en un mundo crecidamente complicado.

En una de sus conferencias el Dr. Wayne W. Dyer ofreció unos consejos para simplificar nuestra vida. Con ellos, seguramente estaremos más liberados para vivir y trabajar eficaz, enfocada y selectivamente.

Me permito parafrasear lo que Dyer dijo:
  • Despeja tu vida. Deshazte de todo aquello que no necesitas o no sirve. El hacinamiento de cosas inútiles para ti – y que quizás otros sí necesiten – sólo te quitarán energía y aumentarán la atracción por lo que no es importante. Haz  el esfuerzo de un acto de desapego y destruye o regala lo que no usas.
  • Desecha obligaciones y actividades innecesarias. Elimina de tu agenda lo que te desvíe de tu tarea. Habrás de aprender a decir no, y a estar disponible para lo que sí quieres. Se requerirá de tu firmeza de carácter para conservarte en tu proyecto.
  • Date tiempo para ti y mantenlo libre; libre verdaderamente. Es tu espacio de solaz y creatividad. De leer, ejercitarte, meditar, observar e inspirarte para descubrir mejores derroteros. 
  • Estate en contacto con la naturaleza. Y sal de la prisión del gabinete y sus rutinas. La energía de la creación te empapará de nuevos bríos para tus quehaceres.
  • No hagas caso de las críticas. Sé independiente de lo que otros digan o quieren que hagas de tu persona y tu vida. Es inútil y desgastante desvivirse por darle gusto a todos. Siempre habrá desacuerdos entre las personas,  pero no tienes porqué rendirles cuentas a los demás.
  • Cuida tu cuerpo y tu salud. Tu cuerpo es el vehículo de que dispones para transitar por la vida. Procura mantenerlo en buen estado para que, a pesar del paso del tiempo, seas longevo, saludable y productivo: vivir una vida con calidad.
  • Juega y diviértete. Así, conseguirás el alivio que da la diversión y te acercarás a tu verdadera esencia: en la medida en que tu risa infantil brote espontáneamente.
  • Baja el ritmo. Vive, trabaja, conduce el auto, viaja con calma. Es demasiada acelerada la vida de las ciudades como para que la imites y te perturbes. Repite la frase: “tengo todo el tiempo que necesito para lo que estoy haciendo ahora”; así lograrás hacer un paso a la vez… y bien hecho.
  • Libérate de los acreedores y las deudas insensatas. No contraigas compromisos disparatados (como pedir dinero prestado para gastar en trivialidades), pues los acreedores serán tus amos y señores. No serás libre  ni siquiera – que sería lo más lastimoso - para pensar y situarte en tu misión.
  • No busques el valor monetario en todo. No todo debe ser tasado en función del costo - beneficio. Definitivamente que hay cosas en la vida que no tienen precio… probablemente las mejores.
  • Recuerda siempre tu naturaleza y tu proyecto trascendente. Son las atinadas brújulas que te harán rectificar cada vez que te salgas del camino.


Con estos actos de síntesis crearás un gran espacio para lo que sí debes de ocuparte: tu misión y tus  propósitos vitales. Lo demás, ¡será lo de menos!

         
El autor es Consultor en Dirección de Empresas. Correo: manuelsanudog@gmail.com
D. R. © 2008 Rubén Manuel Sañudo Gastélum. Se prohíbe la reproducción, total o parcial, sin el permiso del autor.