Vivir en El Propósito

Manuel Sañudo


“Nada puede ayudar más a una persona a superar o soportar los pesares que la conciencia de tener una tarea en la vida”

Víctor Frankl


Encontrar la tarea trascendente que debemos ejercer en la vida es de capital importancia, pues determinará el rumbo que tome nuestra existencia.

Muchos de los grandes pensadores y escritores repetidamente han citado que hemos venido a este mundo a aprender de las experiencias. Que, de no hacerlo, las repetiremos una y otra vez; cuantas veces sea preciso, hasta que el aprendizaje nos transforme en mejores personas.

Así, entonces, existe un curso o viaje vital evolutivo en esta cuestión del perfeccionarse:

- Aprender a través del sufrimiento. En esta enseñanza, que no tiene nada que ver con la edad cronológica, la pregunta - ante los eventos azarosos y dolorosos – será: ¿Por qué a mí?... Ya sean incidentes en los negocios, en lo social o en lo personal. La experiencia consiste en aprender a través de la mirada retrospectiva, frecuentando una y otra vez este patrón de sufrimiento. Existen personas que permanecen en este espacio toda su vida y se la pasan interrogándose:  ¿Por qué me pasa esto? Para los individuos de esta categoría el salto evolutivo, hacia el ciclo siguiente, es imposible.
                                                                             
- Aprender a través del resultado. Aquellos que logran cambiar su enfoque, del sufrimiento a la búsqueda de un resultado positivo del dolor experimentado, se concentran en lo que pueden asimilar del desconsuelo, en vez de regodearse en él. La pregunta clave, ahora, es: ¿Cómo puedo crear el resultado que quiero a través de mi actual pesadumbre?

En consecuencia, estas personas dejan atrás el padecimiento como forma de supervivencia. Se centran en los resultados, en toda acción que tenga estrecha vinculación de la causa al efecto, y adquieren un nuevo sentido de la vida. Han eliminado el dolor de la autocompasión. Vivir así es mucho mejor que vegetar en el sufrimiento, pero no tienen, todavía, la perspectiva de percibir la capacidad elevada de actuar desde el propósito.

- Aprender a través del propósito. Las palabras de Víctor Frankl (arriba mencionadas) enuncian claramente que el aprender que se tiene una misión trascendente, y situarse a la altura de ella, es iniciar el camino elevado de vivir en concordancia con lo que se es y no con lo que se apetece. Es pasar de los resultados a los propósitos vitales. Para ello, es necesario un cambio radical de la conciencia y ver nuestra estadía aquí desde una óptica muy diferente.  

Para algunas personas – plenamente influidas por los apetitos terrenales – este tercer nivel cognoscitivo les resulta totalmente absurdo y preferirán seguir en los resultados, o en el sufrimiento. Habrá que aceptar que es la facultad emanada del libre albedrío.


Puede ser que ellos no caigan en cuenta que, si se aprende y se actúa desde el propósito, se estará cumpliendo con la tarea vital… y los resultados se conseguirán por añadidura.


El autor es Consultor en Dirección de Empresas. Correo: manuelsanudog@hotmail.com 
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