Autosabotaje

Manuel Sañudo

“Lo importante no es ganar, sino competir”
Gustavo Díaz Ordaz

La expresión, del presidente Díaz Ordaz, ilustra el conformismo que existe en México.  Más marcado que en otros países; que frecuentemente nos lleva a sabotearnos antes de iniciar la competencia, y a veces justo antes de alcanzar el éxito.

Se dice que tiene que ver con el síndrome, aún no superado, de haber sido conquistados por los españoles. Como secuela, no hemos sido educados para ganar sino para conformarnos.
La conocida frase de Díaz Ordaz, pronunciada en la inauguración de las  Olimpíadas, celebradas en México en 1968, es como la “crónica de una derrota anunciada”. O, más tarde, la del presidente José López Portillo quien dijo que: “Lo importante es competir para aprender”.
¡Falso!... No se lucha para aprender ni por el simple hecho de competir. Las contiendas son para ganar o perder. Si no, ¿para qué competir?
Obvio que hay empates, pero no es la esencia de la competición.
Lo vemos con claridad en los deportes: en las vísperas, el público y los comentaristas mexicanos, se conforman con empatar, con pasar por lo menos a las primeras rondas, con hacer un “digno” papel. Hemos sobresalido más en las individualidades, como el box, caminata o equitación, que compitiendo en equipo; señal de otra carencia: del espíritu de trabajo en grupo.
Otro tanto se podría decir de los ámbitos de la política y la economía nacionales. Tal parece que – desunidos como están – los diversos grupos de poder sabotean al país en aras de su beneficio particular. “Por eso estamos como estamos, porque somos como somos”, dice la voz popular… ¿O porque nos dejamos?
México sigue estancado, a pesar de la sucesión iniciada por un presidente con muchos altibajos. Los partidos egoístas se enriquecen y se adueñan del país. La impunidad sigue tiranizando nuestras vidas.
¿Para qué denunciar, si no sucede nada?
En la educación de los hijos existe la esperanza. Es obligado enseñarlos a ser triunfadores, pero dentro de un marco profundamente ético. No a ganar por ganar sin importar los medios.
Además, dicho sea de paso, bien que vendría  cultivar o reforzar virtudes, a nuestros hijos y a nosotros mismos, como la puntualidad, laboriosidad, orden, constancia, responsabilidad, buenas modos, honestidad, cuidado de la salud, respeto, ahorro… Y otros valores básicos perdidos - o nunca adquiridos - como nación. En vez de meter a la fuerza conocimientos (cuestionables, por cierto) a base de memorizarlos. Estos, pronto se olvidarán.
No basta con competir, el propósito debe de ser el triunfo total.
Remato con una frase que explica porqué los norteamericanos arrasan en muchos tipos de deportes. Sus entrenadores les repiten que: “lo importante no es ganar, sino lo único”.

“En el mundo común de los hechos, los malos no son castigados y los buenos recompensados. El éxito se lo llevan los fuertes y el fracaso los débiles”
Oscar Wilde


El autor es Consultor en Dirección de Empresas. Correo: manuelsanudog@gmail.com
D. R. ©2010. Rubén Manuel Sañudo Gastélum. Se prohíbe la reproducción sin el permiso del autor.