La ignorancia: toxina radical

Manuel Sañudo


“La ignorancia se convierte en odio y pasión, que luego envenenan la vida y los asuntos”

Frase de la sabiduría oriental


La ignorancia es la falta de comprensión. Cuando ésta falta, o es inexacta, en la mente se forman conceptos equivocados cargados de dos venenosas emociones: la ira y el apego, que incidirán en la calidad y rumbo de las decisiones que tome la persona.


No se trata del ignorante de conocimientos, sino del falto de sabiduría, de comprensión de lo que es la vida. La sapiencia no se aprende en las escuelas. El hombre sabio es el que tiene equilibrio para conducir su existencia y sus asuntos. La sabiduría proviene del interior del individuo cuando está unido con su yo interno y con el medio ambiente en el que mora, en total armonía y concordancia.

A la sabiduría se la confunde con la inteligencia o la genialidad. Sin embargo, son muy diferentes. La sabiduría es la capacidad de vivir feliz por razones reales. Felicidad que no depende del exterior del individuo, sino de su habilidad de convivir consigo mismo. Con el cuerpo, la mente y el alma totalmente equilibrados.

Un genio no necesariamente es sabio. Es cuestión de observar que, en muchas universidades,  se  encuentran personas geniales y sobresalientes, en el campo de las ciencias, pero desniveladas en su vida emocional y con padecimientos físicos.

Para atenuar la ignorancia, y aumentar la sabiduría, las filosofías orientales mencionan a cuatro grandes verdades que pueden ayudar en este propósito:

- La vida es sufrimiento. Esta afirmación va más allá del simple reconocimiento de la existencia del sufrimiento en la vida, y se refiere más bien a que la existencia humana es intrínsecamente dolorosa desde el momento del nacimiento hasta el de la muerte.

- La causa de este sufrimiento radica en el hecho de que el hombre desconoce la naturaleza de la realidad. Y por ello siente ansiedad, tiene apego a las cosas materiales y mucha codicia. Estos defectos provocan su sufrimiento.

- Se puede poner fin al sufrimiento si el hombre logra superar su ignorancia e ir más allá de las ataduras mundanas.

- El camino para dar fin al sufrimiento consiste en tener una visión adecuada de las cosas, buenas intenciones, un modo de expresión correcto, realizar buenas acciones, tener un modo de vida correcto, esforzarse de forma positiva, tener pensamientos compasivos y dedicarse a la reflexión. Lo que se resume en que debemos vivir con honestidad, sabiduría y concentración.

Al no tener conocimiento real de lo que sucede en el negocio, de las personas que en él trabajan y de terceros externos, el líder empresario – conceptualizando equívocos mentales – será arrastrado por la fuerza de las emociones negativas de la aversión y la predisposición afectiva hacia las personas, conceptos, relaciones y cosas.

En la mente ignorante – afección de la que ninguno estamos exentos – hay cabida para la deformación de la auténtica naturaleza de la existencia y los asuntos. Tal desconocimiento irá en menoscabo de la percepción del líder y, por ende, de la visión de la empresa y sus contornos.


Sucederá, entonces, que la vida del individuo ignorante será conducida por lo que sucede al exterior de él, tornándose así en un personaje reactivo y visceral.




El autor es Consultor en Dirección de Empresas. Correo: manuelsanudog@hotmail.com 
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