Manuel
Sañudo
"No se puede tener la razón y ser feliz al mismo
tiempo"
Frase de la sabiduría oriental
El tema de la Felicidad está presente todo el tiempo
en la vida cotidiana, sea porque creemos que ya la tenemos - a veces, por
instantes -, sea porque fuimos y ya no somos felices o porque no sabemos cómo
serlo. Raro es cuando el otro no quiere ser feliz, al menos en los hechos, en
lo que está a la vista; pues, de seguro, si le preguntáramos a ese otro que si
es feliz, de dientes hacia afuera, diría ¡que sí!, que sí lo es.
Lamentablemente, muchos no quieren ser felices - pues
vemos claramente que traen rostros y conductas que denotan infelicidad. O,
digámoslo de otro modo, se les nota que no están bien, aunque digan que sí.
Admito que eso de que estén "bien" o "mal" - léase felices
o infelices - es muy subjetivo. Habrá quienes crean, y hasta sientan, que son
dichosos pues tienen cosas, dinero, fiestas, amistades o relaciones que les
hacen creer que verdaderamente lo son, de acuerdo a sus mapas y paradigmas
sociales; pero conozco personas, muy humildes, que tienen pocas cosas
materiales y les veo la paz y el bienestar en sus semblantes.
Con todo, vaya por delante una sencilla definición de
felicidad que escuché hace tiempo: "Ser feliz, es estar en paz y conforme
consigo mismo". Bajo este enunciado, es que repetidamente podemos observar que el otro no está feliz; y lo malo
es que realmente no se le ve que quiera serlo. Tal parece que se empeña en ser
desdichado, sumido en un tobogán de drama y de auto castigo. Es algo que se
nota, que se intuye, pues se siente en la "vibra" que trae; en
especial cuando se trata relaciones cercanas: parientes, cónyugues, novios,
socios, empleados o amigos.
Ante esta situación, cuando el otro no quiere poner de
su parte, y que ello te afecta pues, a querer y no, es tu vecino más cercano,
la pregunta obligada es: ¿qué hacer cuando el otro no quiere ser feliz?... He
aquí, que extraje estas conclusiones y comentarios:
- No creo que haya nadie en este mundo que no quiera
ser feliz. Lo que puede suceder es que piense y haga cosas (adicciones, pasatiempos, distracciones de todo
tipo) que lo sustraen de este dilema y, por lo mismo, el tema de la
felicidad lo pospone, lo adormila, y cree que ya la tiene en los momentos que
duran sus evasiones.
- Si has tratado de ayudarle sin conseguirlo - y que
conste que es un asunto muy íntimo, que no se resuelve fácilmente por el simple
hecho de que alguien le ayude -, te
recomiendo que le hagas las "Tres preguntas":
1.- “¿Realmente quieres ser feliz?” - Si dice que sí,
¡qué bueno!, y pasas a la siguiente:
2.- “¿A partir de cuándo quieres ser feliz?, porque el
cuándo es ahora, no mañana, ni cuando algo suceda, el cuándo es ahora”. Si dice
abiertamente que no, que no quiere serlo
(que será difícil que lo diga, pero ¡hay cada caso de victimismo!), no te queda
más que hacer el tercer y último cuestionamiento.
3.- “¿Tienes inconveniente en que yo sí sea feliz,
aunque tú no lo seas, ni quieras ser?, porque de todos modos yo soy y seré
feliz... Y por lo que veo te empeñas en tener la razón, en vez de buscar tu
propia felicidad”.
Deseablemente, con estas preguntas, el otro se
enfrentará a su yo, que le insistirá que le haga caso, que se aferre a la
razón, y además le dará innumerables explicaciones de por qué no puede ni debe
ser feliz en este momento; que eso es cosa de beatos, haraganes o místicos, y
no de personas (con un ego desfasado, como el que lo atrapa) que se preocupan
por todo y que consideran que la felicidad es para los demás y para después.
Deseable, asimismo, que el otro abra su conciencia y vea que ser feliz es su
responsabilidad, es su decisión, y que no hay mejor momento de intentarlo que
ahora, pues mañana quien sabe qué sucederá... Si es que le llega ese mañana.
Si con todo esto, el otro sigue anclado a su ego y
entercado en tener la razón, cualquiera que esta sea, retírate un poco, deséale
lo mejor y sigue labrando tu camino de felicidad. No dejes que te arrastre en
su raciocinio disfuncional y en su victimismo.
"Casi todas las personas son tan felices como deciden
serlo"
Abraham Lincoln
Manuel Sañudo Gastélum
Coach y Consultor
www.manuelsanudocoach.com
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