El
entusiasmo es un estado de exaltación que confiere a los sentidos y a los
pensamientos un poder que genera energía para realizar cosas que generalmente
no podríamos hacer. Se puede considerar que una persona se encuentra
“entusiasmada” cuando denota una evidente exaltación y fogosidad en el ánimo,
puede simplificarse en momentos por algo que cautive su atención, este estado,
en ocasiones, favorece el movimiento encauzado a alcanzar un objetivo.
Sin
embargo, el entusiasmo se puede topar con diversos obstáculos que le cerrarán
el camino y bajarán su nivel de energía, pues es fuerza motora. De paso,
menguarán el ánimo personal y la calidad del resultado que se busca.
Si
podemos identificar al enemigo lo podremos vencer. Aunque, por otro lado, si
calificamos como “enemigos” a esos obstructores les estaremos dando una
connotación hostil y eso también afecta el ánimo. Pero no por eso hay que
perder de vista que son trabas que se interponen, y que atentan contra la
energía del entusiasmo.
Es
preferible ver los obstáculos como amigables señales que nos indican que
debemos esquivarlas, que hay que sortearlas en vez de resistirlas, como
sinuosidades en la ruta hacia el éxito. A eso le llamamos “vencer” al
obstructor. No para atacarlo, sino para evadirlo. Pues la pelea y el
enfrentamiento deterioran la voluntad que se requiere para el resultado. Hay
que cuidar y sostener el brío entusiasta y no desperdiciarlo en luchas
estériles.
Si
lo deseable es rodear los obstáculos, en vez de pelear con ellos, lo primero
que hay que hacer es identificar cuáles son, dónde y cuándo podrían aparecer.
Una vez identificados esquivarlos será más fácil.
Hagamos
un listado de los posibles obstructores:
ü El
auto concepto en que nos tengamos:
frecuentemente nos auto limitamos y desilusionamos de alguna idea o proyecto,
puesto que creemos que no es para nosotros. Porque así lo dicta el paradigma de
lo que creemos que debemos ser, hacer o tener - “Eso no es para mí”, “estoy
viejo para hacer o cambiar…”, “no es cosa de hombres” - y muchos más auto
conceptos castrantes que matan las ideas antes de nacer e inhiben cualquier
asomo del entusiasmo.
ü La
lentitud en lograr el resultado:
este obstructor tiene como pariente cercana a la impaciencia. A veces sí que la
espera es lenta, pero en otras es que somos impacientes. Todo fruto precisa de
un tiempo de maduración. Esto me recuerda una graciosa frase de un amigo que
dijo: “Dios mío, dame paciencia, ¡pero ya!”... Hasta para pedir somos
impacientes.
ü El
qué dirán: lo que otros
digan de lo que hacemos, sus críticas negativas, bromas de mal gusto o frases desmotivadoras
- probablemente con envidia y regularmente con un equivocado sentido de la
amistad – seguramente afectarán nuestra estima y, como secuela, la carga
energética de la emoción. Recordemos que lo que otros piensen de nosotros no
debe ser de nuestra incumbencia. Lo más importante es nuestra voz interior.
ü Aliados
flojos o débiles: si
el proyecto depende del concurso de un equipo de trabajo y éste es flojo o
débil ello irá contra el resultado. Tengamos cuidado al seleccionar a los
aliados. Por el contrario, un buen equipo produce una masa energética que
sinergia el entusiasmo colectivo.
ü Estándares
equivocados o malos sistemas de información: el avance genera más entusiasmo. Para medir el progreso
de cualquier tarea necesitamos, si no muchos pero sí muy fieles medidores de
los adelantos que se vayan logrando. Si los instrumentos de medición son
deficientes no nos dirán la verdad. Sin ésta, andaremos perdidos y mermará el
entusiasmo. Revisemos qué queremos medir y cómo, para sostener el ánimo en los
niveles adecuados.
ü Presionar
al resultado: la
excesiva insistencia, en las personas, recursos, procedimientos, etc., hará que
el resultado se tarde más e incluso se malogre. Pensemos en la “Ley de la
granja”: no porque reguemos más el plantío, dotemos de más fertilizantes y
labranzas el fruto nacerá antes de su tiempo. Es inútil
violentar el ciclo normal de los procesos, de los proyectos, de los cambios en
general. Como dice Paulo Coelho, en su libro Manual del guerrero de la luz:
“Los dos mayores errores de una estrategia son: el actuar antes de hora y el
dejar que la oportunidad pase de largo”. Lo que requiere de paciencia y de
rapidez, al mismo tiempo.
ü Escasez
de recursos: sí,
desafortunadamente el dinero y otros recursos, como los humanos, son
imprescindibles ¿Cómo estar entusiasmado cuando no hay dinero?, ¿o cuando se
tiene hambre? ¿o se está en solitario frente a la tarea? Hay que sacar fuerzas de la flaqueza, buscar asociados en lo
económico y en la labor de equipo. O posponer y pausar el proyecto, mientras
llegan los recursos. El verdadero hacedor, entusiasta, tiene el ingenio para
sacar resultados prácticamente de la nada. Con dinero, ¡casi cualquiera lo
haría! – Y ni aún así, hemos conocido millonarios que no hacen nada, que no
aportan, pues no tienen entusiasmo.
ü La
dispersión: estar
metidos en demasiados proyectos, sin los apoyos necesarios, hará que terminemos
por querer lograr todo y terminar en nada o en muy poco. En unas sí y en otras
no. Seleccionemos las mejores oportunidades y en ellas destinemos nuestros
mejores esfuerzos, capacidades y recursos. Van implícitas la depuración y la
renuncia, pues oportunidades puede haber muchas, pero no podemos aprovecharlas
todas, a menos que tengamos súper estructuras de apoyo y recursos de
sobra.
ü Miedo
al cambio: que puede
llegar al auto sabotaje. Los sicólogos afirman que la persona se puede auto
sabotear por temor al cambio. Peor aún, por miedo al éxito. Increíble, ¿verdad?
Aunque cueste trabajo creerlo, en muchas personas se da este agobio irracional
frente al éxito.
ü Mala
salud: parecería
obvio decirlo, pero sin ésta no hay energía, ni chispa para emprender. Es
definitivo que el entusiasmo (el ánimo) está conectado con el malestar o con el
bienestar.
ü Obsesión
por la excelencia: es
bueno ser excelente, pero es malo frenar el nacimiento y aterrizaje de las
ideas al estar obsesionado por la perfección. Más vale avanzar en lo bueno, que
perderse en el sueño guajiro de la excelencia.
“Estar entusiasmado es
mostrar gozo en cada tarea, haciendo el mejor de mis esfuerzos”
Manuel
Sañudo Gastélum
Coach y Consultor
www.manuelsanudocoach.com
www.entusiastika.blogspot.mx
DR
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