Manuel Sañudo
“El teléfono celular nos
aleja de los que están cerca, y nos acerca de los que están lejos”
Anónimo
Admito que tengo mi teléfono celular, por un
lado de mí, mientras escribo esto. Es parte de mi oficina, y reconozco que se
ha vuelto también parte de mi rutina de trabajo. No niego que en ocasiones lo
uso para diversión, ver videos, hacer investigación, y hasta para hablar por
teléfono.
Después
de este mea culpa, les invito a leer
cómo está México, y el Mundo entero, en esta moda del teléfono celular. Le
llamo moda, pero no en los términos usuales que se aplican a las prendas de
vestir, adornos y complementos, que se basan en usos y costumbres, sino porque que
el celular se ha convertido, vertiginosamente, en “Un gusto, hábito o uso,
propios de un grupo, un período de tiempo o un lugar determinados”, de acuerdo
con una de las definiciones típicas de lo que es la moda.
El
año pasado, en la revista Forbes, se publicó “Que los teléfonos móviles cuya
línea está suscrita a un operador alcanzaron 7,300 millones; cifra que rebasa
el último conteo de la población mundial, que en 2012 arrojaba un total de
7,000 millones de habitantes en la Tierra”. En nuestro país, en el año de 2013
se calculó que había una población cercana a los 117 millones de personas y un
estimado de más 100 millones de teléfonos celulares. En México, al ritmo con el
que vamos, seguramente que en este año ya, serán más celulares que personas. Es
obvio que muchas personas no tienen teléfono, y habrá otros tantos que tengan
más de uno, pero estas son estadísticas, datos duros, que reflejan que esta
moda llegó para quedarse.
La
telefonía celular es un gran avance, y de gran utilidad, si se le sabe usar
inteligente y productivamente; la parte adictiva, con un mucho de moda, la
vemos todos los días, a todas horas y en todos lados. La gente, de casi cualquier
nivel socio económico, hace lo necesario para tener un aparato; el problema
empieza cuando las personas, en especial las más jóvenes, lo utilizan todo el
tiempo, básicamente en juegos, fotografías y en comunicación trivial. Ahora
recuerdo, que en algún lado leí que si alguien revisa su celular más de 150
veces al día, ya es una adicción, y la verdad no quise hacer mis propias
cuentas, no vaya a ser…
Resulta
curioso, y a la vez alarmante, que ya exista un nombre en inglés para una
deformación física por el uso extremo del teléfono móvil: la llamada “iHump”
que, en una traducción aproximada, sería algo así como “Joroba del celular”. Y
mucho más impresionante aún, que un joven chino haya vendido un riñón para
comprarse un iPhone. Pero es tan sencillo como mirar alrededor, si es que no estamos
viendo nuestro propio celular, para constatar que la gente va con su móvil, en
mano u oído, y camina sin ver por donde va, o lo usa en restaurantes y
cafeterías sin platicar con sus acompañantes; que hasta en el banco, en donde
hay letreros que prohíben el uso del celular, el mismísimo guardia de seguridad
esté distraído checando su teléfono.
Esta
moda o adicción difícilmente se acabará en el corto plazo, como sucede con la
moda en general – más todavía por los avances tecnológicos – , y cada año habrá
más novedades y usuarios. El reto está en hacer un uso prudente de los
celulares. No es posible que se le nombre “Smartphone” y que nosotros no hagamos
un uso inteligente de él.
“Temo el día en que la
tecnología sobrepase nuestra humanidad. El mundo solo tendrá una generación de
idiotas”
Albert Einstein
Manuel
Sañudo Gastélum
Coach y
Consultor
Sitio:
www.manuelsanudocoach.com.mx
Correo:
manuel@entusiastika.com
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