Manuel Sañudo
“Los
objetivos son deshacerse de las emociones y los pensamientos negativos, y
descubrir la paz, la alegría y la felicidad interiores”
Brian Weiss
“Antes me
preocupaba cuando te enojabas, pero ahora lo veo de otro modo pues hasta me da
gusto que te enfurezcas, y eso fue lo que te quise explicar ayer” - dijo la
mamá a la hija, que estaba contrariada por el enojo…
Se les llama emociones a
todas aquellas sensaciones y sentimientos que posee el ser humano al alternar
con sus semejantes y con el medio en general; y es sabido, aunque no plenamente
aceptado por la mayoría, que constantemente estamos llenos de esas sensaciones,
a veces como si fuera un balancín emocional. Por el contrario, presumimos de ser
fríos y objetivos, sobre todo en los negocios, y peor aún, hasta en los propósitos
vitales como casarse, relacionarse, y vivir la vida en general.
Es cierto que razonamos mucho, pero también
somos muy emocionales, y en repetidas ocasiones más cargados hacia este lado de
la emotividad. Las emociones nos mueven, esa es su esencia y su etimología; incluso
se dice que nos desplazamos a lo largo de una “escala emocional”, que es
aquella por la que bajamos y subimos cuando tenemos problemas. Nos movemos, desde
la parte más baja de la escala, que es cuando hay temor, desconsuelo, depresión y tristeza profunda, hasta
la parte más alta y sublime que es alegría, libertad, amor y gratitud.
Desde la caverna emocional que es la
depresión, podemos escalar hacia la parte que le sigue, peldaños arriba, que es
la rabia o coraje, que se mezcla un poco con preocupación y culpa. Lo curioso es
que es mejor estar enojado que deprimido, pues eso habla de que se va subiendo
en la escalerilla, cuyo máximo nivel es la libertad y el amor - y lo importante
es ascender en la escala emotiva. No obstante, cuando uno está enojado, los
demás exclaman: - ¡Huy!, estaba mejor antes, pues ya no se le puede ni hablar -
Pero es que no ven que el que antes estaba deprimido ahora va progresando en el
escalafón, además que les molesta y atemoriza el disgusto que el otro se carga.
Debe ser algo similar a cuando alguien ya no se deja manipular tan fácilmente,
y se rebela, pues los demás dicen algo parecido y hasta piensan que el “buena
onda” del manipulable de antes era mejor, sin importarles el precio que pagaba
aquél.
Veamos lo que Esther Hicks ha dicho
al respecto; pues tú, como yo, como cualquiera, debemos movernos hacia lo
máximo de la referida escala.
La Escala
Emocional de Esther Hicks
Conforme vayas subiendo en la escala
emotiva hacia el amor, la alegría, el conocimiento y el bienestar, tu vida comenzará
a prosperar de nuevas e increíbles maneras. Tu empresa, tus relaciones, tu felicidad
no pueden crecer más allá de tu respuesta emocional, puesto que todo encaja con
tu estado de ánimo en cada área de tu vida. Por lo tanto, pon mucha atención a
cómo te sientes y comienza a subir por la escala vibracional que se muestra a
continuación, en donde el número uno es lo máximo a que debes aspirar y el
lugar 22 en el que no querrás, ni debieras, estar: 1. Alegría, Libertad, Amor 2.
Pasión 3. Entusiasmo y Felicidad 4. Expectativas positivas 5. Optimismo 6.
Esperanza 7. Satisfacción 8. Aburrimiento 9. Pesimismo 10. Frustración e Impaciencia 11.
Aflicción 12. Decepción 13. Dudas 14. Inquietud 15. Culpabilidad 16. Desánimo 17.
Ira 18. Venganza 19. Odio y Rabia 20. Celos 21. Inseguridad y Baja Autoestima
22. Depresión, Temor, Desconsuelo e Impotencia.
Debemos estar en permanente contacto con
nosotros mismos y con un frecuente escrutinio de las emociones que nos afectan
a cada momento del día; saber detectar
en cuál lugar estamos de esa escalinata pasional, y si vamos en descenso o en
ascenso, para actuar en consecuencia, pues lo más importante es procurar
moverse hacia arriba, y evitar entrar en espirales negativas que nos pueden
lanzar al fondo del pozo de la
depresión.
Manuel
Sañudo Gastélum
Coach y
Consultor
www.manuelsanudocoach.com.mx
manuel@entusiastika.com
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